Michele Zagaría, que se encontraba en paradero desconocido desde 1995, ha sido localizado en un zulo en Casapesenna, en el sur de Italia
La
Policía italiana detuvo hoy a Michele Zagaría, el jefe de "los Casaleses", el clan más
poderoso y despiadado de la Camorra,
la mafia napolitana, y entre los más buscados por la Justicia.
El
mafioso, que se encontraba en paradero desconocido desde 1995 y
condenado a cadena perpetua por asociación mafiosa, homicidio, posesión ilegal
de armas y extorsión, fue localizado en un zulo excavado bajo una
casa en la que siempre fue su localidad de residencia Casapesenna,
en la provincia de Caserta (sur de Italia).
Michele
Zagaria, de 53 años, estaba considerado el último jefe del clan de los "Casaleses", tras la detención en
noviembre de 2010 de Antonio Iovine y de los anteriores capos Nicola Schiavone,
arrestado en junio de 2010, y el padre de este último, Francesco Schiavone,
apodado "Sandokán", que se encuentra en cárcel desde 1998.
El exministro del Interior italiano, Roberto Maroni, había considerado a Zagaría
junto con el jefe de Cosa Nostra, la mafia siciliana, Matteo Messina Denaro, los dos hombres más buscados del país.
Según los medios de comunicación, tras ser localizado por la Policía italiana,
el mafioso exclamó con ironía: "Habéis ganado vosotros. Ha ganado el
Estado".
Zagaria
seguía tejiendo desde su escondite los hilos de las actividades ilegales del clan de "los Casaleses", el más
poderoso de la Camorra y del que se ocupó en su libro éxito de ventas "Gomorra"
el escritor italiano Roberto Saviano.
Fuente Diario "ABC"
Michele Zagaria está acusado de conspiración, asesinato, extorsión y robo
- La policía italiana captura al número dos de los Casaleses
- Golpe a 'Gomorra' en Nápoles
- Carta de Roberto Saviano a Schiavone: Sandokán, arrepiéntete
Era el capo, pero vivía como un topo. Michele Zagaria, el jefe más importante
de la Camorra, la mafia napolitana, se escondía de la policía en un búnker de
cemento construido a cinco metros de profundidad, bajo su propia casa, en su
pueblo de toda la vida, Casapesenna. El capo de los Casaleses utilizaba la
violencia como un arma más para controlar el negocio de la basura, los
supermercados y hasta la alta velocidad. Eso sí, en el momento de la detención
supo estar a la altura de la leyenda que ya era desde que inspiró el famoso
libro Gomorra, de Roberto Saviano. Al ser presentado ante el juez antimafia,
lo felicitó: "Habéis ganado. Ha vencido el Estado".
No solo por la captura. También —o sobre todo— porque nada más conocerse la caída de Zagaria, fugitivo desde 1995, un buen grupo de ciudadanos acudió a la puerta de la comisaría de Caserta para brindar con los policías que, eufóricos, se dejaron retratar a cara descubierta. La importancia del golpe —Zagaria estaba condenado a cadena perpetua por asociación mafiosa, homicidio, posesión ilegal de armas y extorsión— llevaron al presidente de la República, Giorgio Napolitano, y al primer ministro, Mario Monti, a felicitarse públicamente. "Es una bella jornada", señaló Monti, "para la Campania y para todas las personas honestas". Pero tal vez la reacción del júbilo más completo fue precisamente la del escritor Saviano, amenazado por la mafia de la que escribió: "Cuando conocí la noticia —los jueces me avisaron al localizar el búnker— me entraron ganas de saltar de felicidad. Se cae un símbolo. Era el jefe del cemento, el hombre del dinero, algo más que un sencillo criminal".
No solo por la captura. También —o sobre todo— porque nada más conocerse la caída de Zagaria, fugitivo desde 1995, un buen grupo de ciudadanos acudió a la puerta de la comisaría de Caserta para brindar con los policías que, eufóricos, se dejaron retratar a cara descubierta. La importancia del golpe —Zagaria estaba condenado a cadena perpetua por asociación mafiosa, homicidio, posesión ilegal de armas y extorsión— llevaron al presidente de la República, Giorgio Napolitano, y al primer ministro, Mario Monti, a felicitarse públicamente. "Es una bella jornada", señaló Monti, "para la Campania y para todas las personas honestas". Pero tal vez la reacción del júbilo más completo fue precisamente la del escritor Saviano, amenazado por la mafia de la que escribió: "Cuando conocí la noticia —los jueces me avisaron al localizar el búnker— me entraron ganas de saltar de felicidad. Se cae un símbolo. Era el jefe del cemento, el hombre del dinero, algo más que un sencillo criminal".
La imagen actual de Michele Zagaria, a sus 53 años, poco se parece a la de
las viejas fichas policiales. Lo que sí se parece a las historias de otros capos
es su forma de huir sin hacerlo. Hasta hace unas horas, Zagaria era el
superfugitivo de la justicia italiana. Junto a Matteo Messina Denaro, el jefe de
la Cosa Nostra, la mafia siciliana, el hombre más buscado desde que fueron
detenidos, a lo largo de 2010, los anteriores capos de la Camorra, Antonio Iovine y Nicola Schiavone. Pero lo cierto es que el fugitivo nunca se
fugó. Vivía bajo su propia casa, sin apenas salir, respirando gracias a un
sofisticado sistema de ventilación que, al ser desenchufado por la policía al
penetrar en la vivienda, a punto estuvo de convertirse en su mortaja. Zagaria
llegó a gritar para avisarles de que se estaba asfixiando: "Os llamaba, pero no
me sentíais".
En su escondite, el jefe de jefes tenía un crucifijo y una buena colección de libros sobre la mafia, incluido Gomorra. También guardaba una biografía de Steve Jobs y fotos de la familia. Sobre la una de la tarde, al ser conducido a la comisaría, Zagaria pudo contemplar cómo sus vecinos celebraban la buena noticia con otra igual de buena. La de la celebración en sí misma.
Fuente Diario "EL PAÍS"
En su escondite, el jefe de jefes tenía un crucifijo y una buena colección de libros sobre la mafia, incluido Gomorra. También guardaba una biografía de Steve Jobs y fotos de la familia. Sobre la una de la tarde, al ser conducido a la comisaría, Zagaria pudo contemplar cómo sus vecinos celebraban la buena noticia con otra igual de buena. La de la celebración en sí misma.
Fuente Diario "EL PAÍS"
No hay comentarios:
Publicar un comentario