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sábado, 8 de octubre de 2011

GAGOMILITARIA NOTICIAS.-AFGANISTÁN, LA GUERRA QUE NOS HAS COSTADO 96 SOLDADOS, MUERTOS


Afganistán, nuestra misión más sangrienta

Desde que el Gobierno decidió apoyar la «Operación Libertad Duradera» en 2002, han muerto 96 soldados y se han gastado cerca de 2.000 millones de euros, en un conflicto al que la opinión pública mundial le ve cada vez menos sentido.

*Desde que comenzó la guerra se produce casi un atentado diario

*Solo en 2009, el coste de la misión fue de 365 millones de euros

*Zapatero se ha resistido siempre ha usar la palabra «guerra»

Alrededor de 2.000 millones de euros y 96 soldados muertos después, la misión de Afganistán se ha convertido en la misión internacional más dramática para el Ejército español desde que el Gobierno de José María Aznar decidiera apoyar a Estados Unidos y participar en la operación «Libertad Duradera» de George Bush. Una invasión de la que se cumplen ahora diez años y sobre la que la opinión pública, cada vez más que escéptica con esta misión internacional, se pregunta hasta cuándo y para qué ha servido.

Con la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero a La Moncloa en 2004, no cambió la política con respecto este país amenazado por los talibanes. Una decisión contradictoria para muchos, que vieron como la primera orden del presidente del Gobierno tras ganar sus primeras elecciones fue, enarbolando la bandera del «no a la guerra», retirar a las tropas españolas de Irak. A esta decisión se sumaron más tarde las salidas de países como Kosovo o Haití o el final de la misión en Bosnia tras 18 años, mientras en Afganistán se iban multiplicando los efectivos españoles.

El objetivo principal de la presencia de España en este territorio parece bien definido: estabilizar el país y fortalecer su Gobierno con el objetivo de que no se vuelva a convertir en el santuario de los terroristas islámicos. Tanto Zapatero como otros presidentes europeos se han resistido siempre ha utilizar la palabra «guerra» para referirse a su presencia en Afganistán, ya que, según argumentan, no se trata de derrotar a ningún enemigo, sino de realizar esa tarea de estabilización, algo que, supuestamente, la acción militar no puede realizar por sí sola.

Diez años después, peor situación
«Mantenemos nuestros planes (de reducción de tropas pactado con el resto de los aliados en la cumbre de la OTAN) porque esos indicadores de progreso están ahí», aseguró este viernes la ministra de Defensa, Carme Chacón, previendo que el Ejército español, que actualmente cuenta con 1.523 efectivos sobre el terreno –en Herat y Badghis, principalmente–, reducirá «hasta el 10%» de sus soldados en la primera mitad de 2012. En el primer trimestre de 2013 se alcanzará el 40% y en 2014 la retirada completa.

Sin embargo, después de ocho años, los niveles de violencia son cada vez más altos. Desde que comenzó la guerra, en 2001, se produce prácticamente un atentado diario. Además, tanto la insurgencia como la producción y el tráfico de heroína no han descendido y el desarrollo no termina de despegar. Este viernes varias organizaciones humanitarias han denunciado que, diez años después de la invasión, los servicios sanitarios y educativos de Afganistán continúan sufriendo graves carencias, dejando en entredicho, precisamente, las razones «humanitarias» que habitualmente han esgrimido los miembros del Gobierno justificar el envío de soldados.

Ante estos resultados cabe preguntarse sin los costes pagados por las fuerzas armadas españolas han merecido la pena. De los 96 soldados muertos, 79 de ellos perdieron la vida en accidentes aéreos, 14 en ataques de la insurgencia talibán, dos por accidentes de tráfico y uno a causa de un infarto.

El último atentado con víctimas mortales para el ejército español se produjo el 26 de junio de este año, cuando un explosivo improvisado estalló al paso de un convoy, en la provincia de Badghis, y acabó con la vida del sargento Manuel Argudín Perrino y la soldado de origen colombiano Niyireth Pineda Marín.

España, una aportación constante

Más allá del coste en vidas humanas, se puede decir también que el Gobierno español ha realizado en Afganistán un aportación constante en lo económico, con cerca de los 2.000 millones de euros en ocho años. Una cifra importante si se tiene en cuenta la dura crisis económica por la que atraviesa el país.

Solo en 2009, el coste de la misión ascendió a unos 365 millones de euros, según los datos que facilitó el ministerio de Defensa tras las preguntas realizadas por el Partido Popular en el Parlamento.

Fue precisamente en esa fecha cuando el Gobierno reconoció que la invasión de Afganistán «es la más dura, compleja y arriesgada» misión internacional de todas en las que ha participado España, admitiendo que la violencia en el país había crecido «tanto en forma de atentados terroristas indiscriminados, como de acciones de hostigamiento de diversa índole».

El panorama no ha cambiado mucho ahora que parece que la misión ha comenzado su fase final. Es hora de que el Gobierno haga balance y se pregunte: ¿para qué?

Fuente Diario "ABC"

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